jueves, 29 de diciembre de 2016

El mundo, mi mundo

Cuando era pequeña tenía una bola del mundo. ¡Era preciosa! Con su base, giraba y lo mejor ¡era hinchable! Una pelota de playa, aunque yo no la llevé nunca ni a la piscina siquiera, no quería que se estropease bajo ningún concepto. Me encantaba. Se veían perfectamente los nombres de los países y me pasaba horas jugando con ella y memorizandolos todos. A mi hermano le flipaba, como todo lo redondo. Era un peligro cerca de algo esférico. Para él todo era "gol" y había que chutar. Hasta tuvimos que dejar de ir a jugar a los bolos durante un tiempo porque el pobre no entendía que no podía patear todo lo redondo que se pusiera en su camino. Tiene alma de futbolista. 

A lo que iba... que le gustaba mi bola del mundo y como yo nunca he tenido problemas para compartir se la dejaba siempre. Tendría unos dos añitos y no hablaba muy bien, pero una cosa que decía siempre era "gol!" Cuando comía garbanzos, cuando jugaba con cualquier pelota... Era muy frecuente oírselo y claro, llega un punto en que le dices al niño "gol, sí, muy bien, muy bien" y sigues a lo tuyo.
Recuerdo una tarde que estábamos mi madre y yo en el salón y llegó el mico "¡gol, gol, gol!" "gol, sí, muy bien, muy bien" y a lo nuestro.
Justo antes de cenar, al recoger la habitación me di cuenta de que mi bola del mundo no estaba. Mis padres me ayudaron a buscarla, pero nada. Y ahí estaba él. Con su sonrisa perenne gritando gol como un loco y señalando la ventana. Nota mental: hay que hacer caso a los niños cuando te dicen algo. Está clarísimo que el pobre intentó avisar.

El caso es que metió gol por la ventana y desde entonces tengo una pequeña obsesión con el mundo. Y mi enanito me lo recuerda cada cierto tiempo y me va regalando bolas del mundo para suplir a mi bola querida. 

Tengo un mundo antiestrés, una pelota de playa (pero muy malilla, sin nombres ni nada), una goma de borrar, láminas, dibujos y la última cosa en llegar supone todo un reto para mí: ¡un puzzle en 3d!


Me pongo manos a la obra hoy mismo. He de decir que no he hecho un puzzle desde los 10 años y no se me daba muy bien la verdad, mi hermano es el experto.  A ver si hay suerte y no tengo que pedirle que venga a rescatar a seas pobres piezas.

2 comentarios:

  1. ¡Buenos días, Araceli! Me encanta la entrada de hoy, como siempre que nos cuentas algo personal que nos ayuda a conocerte un poco mejor... La verdad es que no sabía que existieran las pelotas de playa con dibujo del globo terráqueo jajaja Los hermanos pequeños son otra historia, yo también he "padecido" una hermana pequeña y la mía es más urraca: ¡siempre cogía y escondía las cosas con brillos y dorados! jajaja

    Respecto a los puzzles 3D, ya verás que es más fácil de lo que parece. A mi hermana Carolina le gustan y en los últimos años nos hemos montado la Torre Eiffel (pensé que necesitaría al menos 2 ingenierías para lograrlo) y la Ópera de Sydney. ¡Espero foto del resultado!

    Un beso y feliz año,
    Le Style et Moi

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    1. ¡Feliz año nuevo Óscar! Parece que tengo algo en común con tu hermana, jajajaja! Me pierde un brillo y también me dedico a "coleccionarlos".
      Ya contaré como me va con el puzzle, a ver si se parece en algo!
      Un abrazo

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